Apollo 18 (2011)

Título original: Apollo 18
Director: Gonzalo López-Gallego
Guionistas: Brian Miller y Cory Goodman
Director de fotografía: José David Montero
Montaje: Patrick Lussier
Intérpretes: Warren Christie, Ryan Robbins, Lloyd Owen
imdb

En los últimos años hemos vivido un boom de uno de los subgéneros menos transcurridos en la historia del cine: el falso documental o, en inglés, mockumentary, un boom que probablemente inició esa película tan mediocre pero tan influyente que fue "Blair Witch's Project". En este blog hablamos hace dos años de uno de los primeros ejemplos de falso documental de terror, "Ghostwatch", de 1992. Y también hemos hablado de dos de los ejemplos más importantes de la reciente ola, "[Rec]" y "Actividad paranormal".

Este género ha cambiado totalmente el panorama del terror actual. Parecía que el cine actual había perdido la capacidad de aterrorizar, que ya no se podrían repetir impactos como el de "La semilla del diablo", "El exorcista" o "Alien". Por ello, el recurso del presunto documental ha permitido pulsar una tecla nueva en los espectadores, una tecla que permitía, aparentemente, sortear, la incredulidad de nuestros tiempos usando, precisamente, el género "realista" por antonomasia, el documental.

"Apollo 18" mezcla fantástico y terror, bajo el paraguas del falso documental. El argumento cuenta la historia del Apollo 18, una misión secreta de la NASA cuyas cintas se han recuperado y se han filtrado en una web (guiño a Wikileaks).

Estas cintas muestran el viaje de los astronautas (siempre imitando esa textura tan sugerente de las expediciones originales de los sesenta y setenta). Aparentemene es un viaje más a la Luna, aunque este viaje tiene como destino el lado oscuro.

Allí descubrirán evidentemente que hay algo más en la Luna demás de rocas.

La realización es perfecta. La dirección, de Gonzalo López-Gallego, que ya nos sorprendió con "El rey de la montaña", es eficiente, aunque, como suele suceder en los casos de falsos documentales de, llamémosle así, "cintas encontradas" la clave está en el montaje.

Y respecto a los decorados (que podría ser el aspecto más delicado de filmar un documental en la Luna) hay que decir que son simplemente perfectos, incluyendo la nave.

La calidad de la película es tal que obligó a la NASA a aclarar que no tenía ninguna relación con "Apollo 18".