martes, 31 de agosto de 2010

Avatar (2009)

Título original: Avatar
Director: James Cameron
Guión: James Cameron
Fotografía: Mauro Fiore
Música: James Horner
Montaje: James Cameron, John Refoua, Stephen E. Rivkin
Intérpretes: Sam Worthington, Sigourney Weaver, Zoe Saldana
imdb



Aunque con (gran) retraso vamos a hablar de la película más cara pero también la más taquillera de la historia del séptimo arte.

Seguramente la gran pregunta que se plantea cuando una película bate el record de recaudación es si lo merece. Así pues, ¿merece Avatar ser la película más taquillera de todos los tiempos? Y la respuesta es, en opinión de quien esto escribe, no.

Pero lo que más me llamó la atención viendo Avatar fue su sorprendente parecido con “La Princesa Mononoke”, la obra maestra de Hayao Miyazaki. No había oído comentar estas similitudes, y eso hizo que me sorprendiesen más. Posteriormente, buscando en los foros, he descubierto que, evidentemente no era el.




Imaginen un lugar con una naturaleza exuberante, a dónde llegan los humanos para extraer un mineral. Allí empiezan a desarrollarse y expandirse, destruyendo el medio ambiente original. A ese lugar llega un joven, con una enfermedad la cura de la cual espera hallar allí. Al llegar conoce a una chica (salvaje) que lucha contra la invasión humana y de la que se enamora, a pesar de que ella al principio duda de él. Al final, los humanos intentarán acabar con el espíritu de la naturaleza y, de este modo, con la resistencia.




¿Les parece un buen resumen del argumento de “Avatar”? Pues sirve perfectamente también para “La Princesa Mononoke”. Pero es que además también hay algunos elementos extraidos de otras películas de Miyazaki, por ejemplo de “El castillo en el cielo (Laputa)” y “Nausicaa”.

Dejando de lado estas similitudes, es innegable que James Cameron posee un talento natural para el espectáculo como demostró en la magnífica “Aliens” y en las dos primeras entregas de “Terminator”. El problema viene cuando se pone trascendente, y “Avatar” se resiente demasiado de ello. Para empezar la película es excesivamente larga.

En algunos tramos recuerda a “La amenaza fantasma”; porque da la impresión que, como en aquella, los actores se han perdido en tanto “croma”. Como en la obra de Lucas, los fascinantes escenarios creados por ordenador parecen absorberlo todo, y no dejar lugar para el dramatismo real ni el sentimiento.




Seguramente la música que Joe Hisaishi compuso para “La princesa Mononoke” le habría dado a “Avatar” un poco de la emoción de la que carece. Seguramente también el exceso de planificación que Cameron aplica a sus proyectos tampoco haya ayudado a darle emoción, sinó al contrario. Le sucede algo parecido a “Abyss” la obra más ignorada de Cameron, cuyo mensaje quedaba diluido en un océano de efectos especiales.




La ciencia ficción es un género que brinda infinitas posibilidades a los “creadores de ilusiones” para hablar de temas delicados de una forma innovadora (basta tomar el ejemplo de la excelente “Gattaca” para ver cómo se puede realizar ciencia ficción profunda sin caer en el efectismo sentimentaloide). Es lo que intenta "Avatar"; convertirse en fábula ecologista para el nuevo milenio, pero en este caso no puede haber peor error que ser incapaz de emocionar.


1 comentario:

Javier Marí dijo...

Te doy la razón en lo de la música, y es que Horner no es Hisaisi. Horner aunque un gran compositor no deja de ser poco original, pues todas sus partituras suenan igual, de hecho si cierras los ojos al ver Avatar podrías sumergirte en las profundidades de TITANIC.
Estoy contigo en que Avatar tiene mucho del manga de miyazaki.
Un saludo.

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